¿En qué consiste el alquiler por temporada?
A la hora de alquilar una vivienda podemos encontramos en una situación en la que necesitemos un contrato de alquiler de corta duración, o de una duración determinada. Si solo quieres alquilar un piso por unos meses por traslado por motivos de trabajo, académicos, etc., puedes obtener un contrato de alquiler por temporada.
Estos contratos difieren de los habituales contrato de alquileres de viviendas, ya que se establecen en otro punto de la Ley de arrendamientos urbanos, que es la ley que recoge todos los supuestos de los alquileres de fincas urbanas.
En Homewatch disponemos de un amplio catálogo de alquileres por temporada en la Costa del sol, en el que seguro podrás encontrar algo que encaje con la vivienda que buscas.
¿Qué es un alquiler por temporada?
Un alquiler de temporada es un alquiler de una vivienda que tenga una duración determinada. Los inquilinos que suelen acceder a ellos, necesitan hacer uso de la vivienda por un tiempo determinado y por unas condiciones especiales, ya sea vacaciones, desplazamiento por trabajo temporal, por la realización de un curso de estudios, etc.
El alquiler de temporada se basa más en satisfacer esa necesidad que tiene el inquilino para habitar la vivienda de forma ocasional que en la duración del contrato en sí, ya que este puede alargarse según convengan las dos partes y no tiene establecidos por ley ningún límite máximo o mínimo alguno de duración.
¿Está regulado por la Ley de Arrendamientos Urbanos?
En la Ley de Arrendamientos Urbanos, la cual refleja los derechos y obligaciones de los inquilinos, se recogen dos categorías de arrendamientos para las fincas urbanas, «arrendamientos de viviendas» y «arrendamientos para uso distinto del de vivienda». Es en este último supuesto donde entran «los arrendamientos de fincas urbanas celebrados por temporada», además de arrendamientos que utilicen la finca para usos distintos a la vivienda como actividades industriales, recreativas, etc.
Esto nos permite arrendar una vivienda durante un tiempo determinado, la principal diferencia con el alquiler de una vivienda habitual, es que no busca que el inmueble se convierta en un hogar estable para el arrendatario, tan solo en un simple alojamiento transitorio, temporal.
Vemos que la diferencia entre un alquiler y otro no se basa solo en la duración del contrato, es necesario, para alquilar una vivienda de temporada, que la ocupación de esta por parte del arrendatario sea ocasional.
¿Qué hay que tener en cuenta para realizar un contrato de alquiler por temporada?
Como hemos visto con anterioridad para poder formalizar un acuerdo de alquiler de temporada lícito y legal es necesario que se establezca el motivo por el que el inquilino necesita el usufructo de la vivienda de modo temporal.
Un alquiler por temporada no es lo mismo que un alquiler turístico, en los alquileres turísticos el arrendador ha de prestar servicios complementarios como limpieza, recepción, etc., cosa que no sucede en el alquiler de una vivienda por temporada.
La duración de los alquileres por temporadas no está estipulada por ley, por lo que depende del acuerdo al que lleguen propietario e inquilino. Estos son libres de acordar la duración del contrato o la prórroga que pueda tener el mismo, así como la cantidad de la renta y otros menesteres que se recojan en el contrato de arrendamiento.
Lo que sí está establecido por ley es la materia de la fianza, la cual debe suponer dos mensualidades, al contrario de cuando se alquila una vivienda para uso ordinario de vivienda que la fianza será de tan solo una mensualidad.
Como ves son varias las cuestiones que debes tener en cuenta a la hora de alquilar una vivienda por temporada. Si quieres conseguir un alquiler por temporada que siga todas las pautas necesarias, ponte en contacto con nuestros agentes inmobiliarios y te ayudarán a empezar a alquilar una casa por temporada.